¿Qué pasó con las predicciones que habíamos hecho? ¿Con esos objetivos SMART tan bien diseñados que teníamos? ¿Con ese plan de acción pensado hasta el más mínimo detalle?
Esto pasó: llegó el Coronavirus y lo bajó de un hondazo.
Se desacomodó todo lo que habíamos planificado.
Yo le vivo recomendando a mis clientes que se organicen, que analicen, que proyecten, porque es la mejor manera de anticipar las subidas y las bajadas de la montaña rusa que es cualquier negocio.
Pero en este...
Es tu negocio y son tus reglas, y nadie sabe mejor que vos qué necesitás hacer en esta etapa del mundo tan atípica.
Sin embargo, si estás haciendo descuentos o trabajando gratis desde el miedo (desde el miedo a no tener clientes, a que tu negocio no funcione, a no ser suficiente), te invito a que frenes un momento y pensemos juntos qué opciones existen. Porque actuar desde un lugar de pánico podría generar un daño permanente a tu negocio y a tu marca, aunque hoy no te des cuenta.
Aplicar descuentos no es algo que se puede hacer así nomás. Hay que tener una estrategia detrás, pensarlo con mucho cuidado. Y sólo si es bueno para tu negocio en el...
¿Empezamos?
Cobrar por hora es en primer lugar un error conceptual y no refleja el verdadero valor de lo que hacés.
Excepto que tu trabajo con ese cliente se limite pura y exclusivamente a esa hora que le dedicás a la tarea específica o que pasás con él o con ella (y no se me ocurre ni un sólo ejemplo donde esto ocurra), tu trabajo siempre implica más que una hora. Por ejemplo, si sos coach, a la hora que pasás con tu coachee deberías sumarle un tiempo antes y después para prepararte para tu sesión, más el tiempo que invertiste en lograr que ese coachee termine teniendo esa sesión con vos. Si sos arquitecto,...
La idea este artículo del blog surgió de la pregunta de una de las coaches que está tomando mi programa Monetiza tu Magia.
Hay algo implícito en esa pregunta. Una sensación de que tal vez bajar el precio le va a dar mayor seguridad a quien te compra, que lo va a ayudar a tomar una decisión.
Pero bajar el precio no es la mejor estrategia. Alguna vez yo también cometí ese error. Alguna vez bajé los precios cuando me lo pidieron, pensando que con eso iba a ayudar a mi cliente a decidirse.
Lo hice a pesar de saber que los programas que ofrezco tienen un enorme valor en relación con el precio. El retorno sobre la inversión es grande. Y sé que, además, mis clientes van a recuperar muy rápido lo que pagaron, verán los frutos apenas...
Llámenme idealista si quieren, yo creo que con su trabajo los coaches pueden ayudar a hacer del mundo un lugar mejor. Y por eso el mundo necesita más coaches, y que a esos coaches les vaya bien.
Leyendo datos de mercado provistos por la ICF*, vemos que los ingresos promedio anuales de los coaches en Latinoamérica y el Caribe es de apenas 27.000 dólares al año. Entonces me pregunto, ¿cómo vamos a tener más coaches si a los coaches no se les está pagando por lo que vale su trabajo? ¿Cómo podemos tener más coaches dedicados 100% al coaching, si cuando llega fin de mes no les alcanza para pagar las cuentas?
Así fue que nació mi idea de ayudar a los coaches para que puedan tener la vida que sueñan, dedicándose a lo que les gusta hacer, trabajando en lo que aman y tiene significado para ellos, ganando el dinero que merecen.
Cuando empecé a trabajar en Yahoo, el mismo día que entré, me comunicaron que una de mis funciones sería conseguir publicidad en canje para la empresa. Eso implicaba vender, porque para que alguien me diera publicidad sin pagar, yo tenía que ofrecerle a cambio espacios publicitarios en Yahoo. Pensé que había tomado la peor decisión de mi vida al cambiar de empleo.
"Yo no soy vendedora", le dije en tono de queja a mi manager, muy desilusionada. Recuerdo que estaba parada frente a su escritorio cuando le dije esto. Necesitaba sentirme en una posición de poder para que me perdonara la tarea.
Pero Andrés, lejos de darme la razón, me dijo que estaba equivocada. Me aseguró que él veía una buena vendedora en mí, y me dijo que estaba seguro que me iba a ir bárbaro con mi nuevo rol.
Tenía mucha razón....
¿De las que chequean sus mails a las 2 de la mañana porque te da miedo perderte algo importante? O quizá estés en el grupo de las que agarran el trabajo de los demás cuando ven que no lo terminan. O pará, pará... ya sé. Sos de esas que cobran menos porque te da miedo que al otro no le caiga bien el presupuesto que le pasás.
Si te sentiste identificada, ¡bienvenida al club!
Hablando hoy con una amiga que es astróloga, me contó que algunas veces sus clientes se quedan más de cuatro horas. ¡Cuatro horas! Es el tiempo que lleva volar desde Londres a Estambul. ¡Se puede cruzar un continente en cuatro horas!
Lo peor de todo es que no...