Es tu negocio y son tus reglas, y nadie sabe mejor que vos qué necesitás hacer en esta etapa del mundo tan atípica.
Sin embargo, si estás haciendo descuentos o trabajando gratis desde el miedo (desde el miedo a no tener clientes, a que tu negocio no funcione, a no ser suficiente), te invito a que frenes un momento y pensemos juntos qué opciones existen. Porque actuar desde un lugar de pánico podría generar un daño permanente a tu negocio y a tu marca, aunque hoy no te des cuenta.
Aplicar descuentos no es algo que se puede hacer así nomás. Hay que tener una estrategia detrás, pensarlo con mucho cuidado. Y sólo si es bueno para tu negocio en el largo plazo, seguir adelante.
Uno de los mayores riesgos de aplicar descuentos es que entrena la mente de tus clientes a esperar hasta el momento en el que ofrezcas un descuento para comprarte. Como si esto fuera poco, si entregás consistentemente tu Magia gratis o a una fracción ínfima de su valor, esto podría desembocar en que tus clientes no la valoren como corresponde.
Trabajar gratis o aplicar grandes descuentos, por más que estemos hoy en una situación atípica, podría enviar el mensaje que no valorás tu trabajo lo suficiente como para cobrar un precio justo. Y en cuanto a tu marca personal y tu reputación, podría generar un daño irreparable, porque te estás posicionando como alguien que cobra muy barato, o directamente, no cobra nada.
De nuevo, no estoy en contra de ayudar a los demás en este momento tan difícil. Mi planteo es que hay otras formas de ponerte al servicio del mundo durante la pandemia, sin lastimar tu negocio irremediablemente en el proceso.
Exploremos algunas de ellas.
Sé lo que me vas a decir: que la pandemia hace que la gente no compre, que todo el mundo está pensando en qué le deparará el mañana, que tus ventas no son las mismas desde que comenzó todo esto... y seguramente te estés dando muchas otras explicaciones.
Pero que te cuentes estas historias y te las repitas no las hace ser verdad.
Hay personas que siguen adelante. Que no están inmóviles esperando "a ver qué pasa", que están usando esta etapa para prepararse para lo que viene y se mantienen activos.
Estoy de acuerdo en que no es momento para salir a vender a lo loco con técnicas de "llame ya", pero podés seguir entregando tu Magia a quienes la necesitan. Hoy más que nunca. Porque muchas personas, aún durante la pandemia, están tratando de continuar con su vida, de resolver problemas, de mantener su negocio en marcha.
En mi caso por ejemplo, yo sigo trabajando con mi equipo. Estoy creando una nueva versión de mi programa Monetizá tu Magia en formato auto-aprendizaje, terminando los detalles de otro curso que lanzaré para quienes quieren crear una fábrica automatizada de clientes (para conseguir clientes en piloto automático usando el mismo método que yo uso), y coacheando de manera virtual a muchas personas que confían en mí para crear sus negocios, lanzarlos y hacerlos crecer.
Además, desde que comenzó la pandemia hice 4 cursos distintos como alumna. Pagué por todos ellos y me sumaron un montón de conocimiento. Soy una eterna aprendiz.
Sé que tengo mucha suerte, y también sé que hay muchas personas sufriendo en el mundo y que estamos en tiempos de incertidumbre. No te cuento esto para fanfarronear, sino para darte un ejemplo de que no todos están esperando "a ver qué pasa".
A mí también me preocupa, y mucho, la situación actual. Y por supuesto, también me preocupa cómo esto impactará en mi negocio. Pero aún así, sigo adelante. Aún así, sigo pagándole a mi equipo de colaboradores por su Magia, y sigo capacitándome para poder ofrecer cada día más y mejores servicios a mis clientes.
Muchas otras personas están en la misma situación. Y no, no son todos millonarios, son personas como vos y como yo, con incertidumbre y con miedos. Algunos podrían ser tu cliente ideal.
Lo que los distingue del resto es que siguen adelante. No están paralizados.
Y vos podés seguir adelante también, acompañándolos.
Cómo hacerlo para que funcione:
Una muy buena opción para crear fidelidad y mantener a tus clientes cerca es diseñar una situación win-win, ofreciendo un paquete de servicios que tiene algún tipo de bonificación.
Por ejemplo, pre-cuarentena, la manicura de mi barrio ofrecía un combo por el cual si contratabas 10 servicios juntos, pagabas 9.
Técnicamente es un descuento, sí, pero está planteado de manera distinta. Y nos convenía a ambas: a ella porque me cobraba varios servicios juntos y a mí, porque pagaba una manicuría menos. Ganábamos las dos.
Si trabajás con tus clientes de manera periódica, por semana, por mes, por trimestre, considerá ofrecer un paquete que contemple alguna bonificación por compra anticipada.
Y pensalo siempre desde la mirada de ambos, la tuya y la de ese cliente, para entender si ambos tienen un beneficio.
Cómo hacerlo para que funcione:
Una forma de acompañar a quienes quieren trabajar con vos pero están complicados en este momento es ofrecer planes de pago más fáciles de adoptar.
Por ejemplo, si usualmente no das opciones de pago en cuotas, podrías incorporar esta alternativa. O si ya estás ofreciendo cuotas, que puedan hacerlo en pagos sin interés.
En la mayoría de los casos tendrás que absorber esos costos, pero el valor de tu oferta seguirá siendo el mismo y tu cliente podrá adoptar un plan de pagos que le resulte más conveniente. Y no estarás comunicando abiertamente un descuento.
Cómo hacerlo para que funcione:
Todos fuimos alguna vez a algún local de comida rápida donde nos ofrecen agrandar el combo. Nos están cobrando la diferencia, pero a nosotros nos parece un buen deal porque nos llevamos más cantidad por un precio que no parece tanto.
(¿A quién no le pasó esto alguna vez con los pochoclos del cine? 🍿🙋♀️)
Esta opción es excelente para agregar valor a tus ofertas de siempre.
Por ejemplo, a quien compra una suscripción mensual podés agregarle 1 ó 2 sesiones de coaching 1 a 1 como bonificación. A quien compra un curso, le sumás acceso a un grupo de Facebook para acceder a una comunidad de personas que piensan parecido.
Al comunicarlo como un bonus especial, ayudás a quien le cuesta tomar una decisión a comprarte ahora. De nuevo, recordemos que le vas a vender a quien de verdad necesita tu Magia (usá por favor todo esto con responsabilidad).
Cómo hacerlo para que funcione:
Esta es una buena forma de mantener la integridad de tus ofertas, dándole a tus clientes la opción de comprarlas de manera más accesible sin comprometer el valor general.
Por ejemplo, si tu curso está compuesto de 6 módulos que no son consecutivos, podés ofrecer esos módulos por separado. Si sos coach y habitualmente trabajás en conversaciones de una hora, ofrecé hacerlas de 30 minutos (siempre y cuando puedas acompañar a tu coachee a lograr buenos resultados en ese tiempo). Si hacés consultoría y habitualmente trabajás con fees fijos mensuales, ofrecé paquetes de horas específicas que te puedan ir comprando on-the-go.
Pero ojo, esto no quiere decir que vas a vender cada módulo de tu curso a 1/6 del valor total, o que vas a cobrar la media hora de coaching la mitad de lo que cobrás la hora entera.
Necesitás hacer un cálculo preciso del tiempo que vas a invertir en esto, porque la ecuación no es lineal (mitad de horas no es mitad de trabajo), y tu tiempo es el recurso más valioso que tenés. Dale el valor que tiene, para que los demás lo valoren también.
Cómo hacerlo para que funcione:
Y por último, un tema fundamental: hacé que sea fácil para tus clientes pagarte.
Si tu sitio no es claro, si tienen que hacer mil pasos para encontrar tu carrito de compra, si sólo cobrás en efectivo o si le pedís mil millones de datos en un formulario para vender tu servicio, es muy difícil que alguien te compre.
Ponete en en el lugar de tu cliente, revisá todo tu proceso de pago y simplificalo lo más que puedas.
En un mundo ideal, tus clientes deberían poder hacer click en un botón o en un link de pago y comprarte. Tan simple como eso.
¿Qué te pareció este artículo? ¿Alguna de estas estrategias te resonó?
Espero que toda esta info te ayude a pensar en distintas formas de entregarle tu Magia al mundo, sin hacerlo en forma gratuita o por una mínima parte de su valor.
Animate a cobrar lo valés. El mundo necesita tu talento.
Ya es hora de cobrar lo que vale tu talento. 😉